Profesores Carmen Domínguez y Gonzalo Berríos se unen al Consejo de la Academia Judicial

Tras una espera que se prolongó por 19 meses, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, envió al Senado el oficio que contenía los nombres de los dos abogados que reemplazarían a Humberto Nogueira Alcalá y Miguel Otero Lathrop en el Consejo Directivo de la Academia Judicial.

En el documento enviado el 20 de diciembre pasado estaban los profesores Carmen Domínguez Hidalgo y Gonzalo Berríos Díaz, docentes de las universidades Católica y de Chile, respectivamente.

“Ambos cumplen holgadamente los requisitos legales establecidos para su nombramiento, pues son académicos de prestigio y han desarrollado una labor profusa en la docencia jurídica”, señaló Álvaro Pavez, jefe de la División Judicial del Ministerio de Justicia ante la Comisión de Constitución del Senado.

Una vez en la Sala, el senador Hernán Larraín (UDI) tomó la palabra: “Son profesionales que entienden la labor de la Academia y que saben que se trata de un trabajo de formación especializada (…) Hay labores que no se han efectuado bien y existen dificultades en la Academia. Esto no es desconocido por quienes han sido propuestos”.

Posteriormente, el senador Felipe Harboe (PPD) comentó que “luego de un conjunto de preguntas que realizaron los señores senadores, la Comisión estimó que los postulantes reúnen las condiciones y los requisitos para ser propuestos en dichos cargos” y solicitó la aprobación de ambos. Así, el 16 de enero pasado, los parlamentarios respondieron favorablemente y de forma unánime.

Los nuevos consejeros hablaron con El Mercurio Legal sobre sus impresiones por la designación, la labor que cumple la institución y hacia dónde debe apuntar la formación de los jueces.

Berríos: “Se debe fortalecer la presencia regional, la innovación temática, el uso de nuevas tecnologías y el análisis interdisciplinario”

“Es un honor haber sido considerado por la Presidenta para asumir este servicio”, indica Gonzalo Berríos. El académico de la Universidad de Chile dice que buscará responder de la mejor forma posible la confianza que en él han depositado y que su designación, junto con la de Carmen Domínguez, “es un buen complemento a la mirada de los otros consejeros”.

“La Academia Judicial —explica— es una institución clave para el desarrollo profesional de los jueces y el acceso al perfeccionamiento continuo es coherente con las ideas que dominan nuestra época. La Unesco, por ejemplo, identifica la educación continua con la mejora de los conocimientos, las competencias y las aptitudes profesionales. Si a ello agregamos los permanentes cambios en el Derecho y el notable desarrollo académico del mismo en las principales universidades, la importancia de esa formación resulta aún mayor”.

El abogado y magíster en Derecho Penal y Procesal Penal señala que “la actividad de la Academia es fundamental y el perfeccionamiento debe ser una oportunidad y no una carga, donde junto con adquirir nuevas herramientas, puedan, a su vez, compartir sus propios conocimientos y experiencias”.

“Se debe fortalecer —concluye— la presencia regional de los cursos, la innovación temática, el uso de nuevas tecnologías y el análisis interdisciplinario, pues los jueces están cada vez más expuestos a ello”.

Domínguez: “Los jueces requieren ser formados en materias que, desde luego, jamás estudiaron en la licenciatura o que por primera vez llegan a sus estrados”

“Recibí la designación con emoción, pues importa un reconocimiento a mi trabajo profesional y académico que, ciertamente, se agradece”, señala Carmen Domínguez. “Es un desafío —dice— que asumo con fuerza, atendida la trascendencia para el país de que los jueces reciban la mejor de las formaciones”.

Para la abogada de la Universidad de Concepción la institución ha sido un gran aporte “por haber contribuido a elevar el nivel de los jueces y es esencial que ello se vea ampliado por los nuevos desafíos que la tarea judicial impone en nuestro país”.

“Si el Derecho —señala Domínguez— tiene por norte proteger a la persona, debe estar atento a responder a las nuevas formas de atentado que a ella surgen en el tiempo. Debido a ello es que los jueces requieren ser formados en materias que, desde luego, jamás estudiaron en la licenciatura o que por primera vez llegan a sus estrados para ser resueltos”.

Finalmente, frente a la consulta sobre la forma en que la visión de los académicos enriquecerá la discusión en el Consejo, la doctora en Derecho responde: “El aporte —de Berríos y suyo— será la experiencia precisamente en la tarea propia de la academia, que es en la formación jurídica y en el conocimiento de las soluciones comparadas y de una visión global de nuestro ordenamiento jurídico”.

Sharing is caring!