José Navarro quedó recluido en la cárcel de Rancagua
Investigación se extenderá por tres meses. Según la fiscalía, el imputado buscaba realizar un ritual, razón por la cual habría sustraído a la menor.
CRÍTICA
La Asociación de Magistrados cuestionó ayer el manejo periodístico del caso, por las vulneraciones a la dignidad y derechos de la menor.
«Hoy esclarezco todo». Fueron las únicas palabras que José Navarro alcanzó a decir ayer antes de ingresar al juzgado de garantía de Licantén custodiado por gendarmes, rodeado de vallas papales y con una expectación de la comunidad notoriamente menor que para su control de detención el sábado.
La audiencia, que se extendió por más de cuatro horas, se realizó sin público y bajo reserva. Incluso las partes querellantes debieron abandonar la sala del tribunal.
El Ministerio Público formalizó al hombre de 31 años por sustracción de menores y lesiones graves, y fijó un plazo de tres meses para la investigación. Según relató la fiscalía, «el sujeto desde fines de 2007, atribuyéndose poderes de naturaleza metafísica y autodenominándose el «brujo» de Vichuquén, se acercó a diversos miembros del grupo familiar de la menor, a quienes ofrecía rituales de sanación por varios males, circunstancia en la que conoció a la niña. Así convenció a la familia de que ella tenía un supuesto don para ayudar a las personas, «creando en la menor un mundo irreal que anuló completamente su autonomía y voluntad».
En ese contexto, argumentó el fiscal regional del Maule, Mauricio Richards, logró engañar al abuelo para ir a desenterrar un supuesto tesoro, pero debían ir acompañados de la menor. Así, dijo el persecutor, luego de adentrarse en el bosque y cavar un hoyo agredió al adulto con una pala en la cabeza y luego sustrajo a la niña para deambular por más de siete días por el bosque. «Dicha acción habría sido planificada y premeditada por el imputado», dijo el fiscal.
En la investigación trascendió que Navarro, en sus declaraciones, aseguró que «él salvó a la menor, y junto al abuelo se habían dirigido al cerro para hacer un ritual relacionado con brujería».
Richards afirmó que «hay múltiples antecedentes en la carpeta investigativa que indican que el imputado en sus creencias realizaba distintos ritos, no sabemos si para sanar o para generar daño, es una de las hipótesis más probables. Todo indica que la privación de libertad era parte de aquello».
El defensor Esteban Arévalo sostuvo «que la investigación debe ser por el delito de inducción y no por sustracción», por lo que apelará: «Estamos en un contexto de ruralidad, él no ve el mundo como nosotros. Encargaremos un peritaje psiquiátrico; eso nos podría arrojar la inimputabilidad».
Tras la formalización, Navarro volvió a la cárcel de Rancagua.
Fuente: El Mercurio, miércoles 14 de febrero de 2018