El ministro de la Corte de Apelaciones de Rancagua -que fue sancionado por la Corte Suprema- dice que este caso “está terminando con un muerto, un depresivo y quiebres insalvables”. Además, apuntó a la fiscalía como responsable de “un montaje” en su contra y del fallecido juez Marcelo Albornoz.
«La cronología de los hechos da a entender eso. Ha habido un desgaste brutal, continuo, corrosivo en el aspecto psicológico, emotivo, físico, personal y familiar, y las cosas se van mancomunando, y estimo que esa decisión fue lo que desencadenó todo», sentenció el jurista.
En ese sentido señala que el abrir un cuaderno de remoción para un juez «es quebrarte la vida, es sacarte un pedazo de tu vocación, por situaciones que yo considero no tienen la envergadura para poder dictaminar esas medidas tan drásticas y severa».
«Nos quisieron poner como ejemplo y es paradójico, porque de haber impartido justicia durante más de tres décadas, siento que respecto de mi persona no se ha impartido la misma justicia que yo impartí», señaló el ministro de la Corte de Apelaciones de Rancagua.