La investigación concluyó, entre otras cosas, que más de dos tercios de quienes han sido víctima de algunas de estas situaciones en su lugar de trabajo no las han denunciado. Esta primera traducción del estudio forma parte de una campaña global del organismo para aumentar la concientización al respecto y para difundir recomendaciones que permitan abordar el problema.
Definida por sus responsables como la encuesta más extensa realizada sobre estos temas en el ámbito legal a nivel mundial, su traducción forma parte de una campaña internacional del organismo para aumentar la concientización en el entorno laboral y difundir recomendaciones para abordar el problema.
El presidente de la IBA, Horacio Bernardes Neto, socio del estudio brasilleño Motta Fernandes Advogados, señaló al respecto que “es profundamente vergonzoso que en nuestra profesión, basada en los más elevados estándares éticos, abunden tales conductas negativas en el lugar de trabajo. Los colegios de abogados, las asociaciones jurídicas y los bufetes deben dar ejemplo y denunciar las conductas inaceptables”.
La preocupación del organismo tomó relevancia tras la publicación, en diciembre de 2017, de la encuesta mundial sobre las barreras profesionales que enfrentan las abogadas —Women in Commercial Legal Practice— realizada por la misma institución y que concluyó, entre otras cosas, que en la mitad de los testimonios recibidos se identificaron casos de bullying y en un tercio, de acoso sexual.
El universo de la encuesta
Se trató de una investigación llevada a cabo durante 2018 por la Unidad de Política Legal e Investigación de la IBA en colaboración con la empresa de consultoría Acritas, en la que se encuestó a casi 7 mil personas de 135 países en seis idiomas (inglés, francés, italiano, portugués, ruso y español). De ellos, el 67% fueron mujeres, 32% hombres y 0,2% no binarios o autodefinidos.
¿Sus lugares de trabajo? Estudios jurídicos (73%), corporaciones u organizaciones (9%), colegios de abogados (6%), sector público (5%) y la judicatura (3%).
La mayoría (53 %) tenía menos de 40 años y más de tres cuartas partes eran menores de 50. El informe señala que existe un ligero aglutinamiento hacia las franjas de edad más jóvenes, lo que es probable que indique una mayor conciencia acerca de estos problemas entre tales generaciones.
Respecto de las zonas geográficas, la mitad de los encuestados eran europeos, con proporciones significativas de Oceanía (15 %), Norteamérica (13 %) y América Latina (12 %). Los números fueron menores para Asia (6 %) y África (4 %), probablemente debido a barreras lingüísticas y a una menor afiliación a la IBA en esas regiones, indica la investigación. Aunque los datos generales tienen una considerable diversidad geográfica —agrega—, hay un grado de anglocentrismo: casi el 40 % se encontraba en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos.
– Aumentar la concienciación: la abogacía tiene un problema, difundirlo y hacer que se sepa es el primer paso para lograr el cambio.
– Revisar e implementar políticas y estándares: las políticas para abordar el bullying y el acoso sexual están infrautilizadas y no son lo suficientemente eficaces. Se necesitan otras más eficientes y una mejor implementación.
– Introducir formación periódica y adaptada: una formación eficaz puede reducir la prevalencia del bullying y el acoso sexual en el lugar de trabajo. La formación debe ser la norma, no la excepción.
– Fomentar el diálogo y compartir buenas prácticas: un problema compartido es un problema reducido a la mitad. Se debe trabajar en conjunto para abordar estas situaciones en la profesión, compartiendo lo que funciona y lo que no.
– Asumir la responsabilidad: este es un problema de todos, desde los líderes veteranos hasta los nuevos graduados, todos deben responsabilizarse del problema y trabajar para hacer más armoniosa la profesión jurídica.
– Recopilar datos y aumentar la transparencia: los datos sobre la naturaleza, prevalencia e impacto del bullying y el acoso sexual son importantes y no hay suficientes. Una vez que se maneje esta información se debe actuar de manera abierta frente a ella. La transparencia ayudará a abordar los problemas.
– Explorar modelos flexibles de denuncia: los profesionales del derecho no denuncian lo suficiente el bullying o el acoso sexual en el momento en que se produce ni después. Se deben mejorar los canales de denuncia existentes y explorar nuevos, para que sea una mejor experiencia para los afectados.
– Volcarse con los miembros más jóvenes: los profesionales del Derecho más jóvenes se ven afectados de forma desproporcionada por estas conductas. Por eso, deben participar en esta conversación, ya que desempeñarán un papel relevante en el desarrollo e implementación de soluciones y en la conformación de la cultura del lugar de trabajo.
– Entender el contexto más amplio: el bullying y el acoso sexual no se producen en el vacío. Los retos de salud mental, la falta de satisfacción en el lugar de trabajo y la diversidad insuficiente son todos problemas relacionados. Esta dinámica debe entenderse y tratarse de forma colectiva.
– Mantener el impulso: el cambio no es inevitable, pero es posible si las personas, los espacios laborales y las instituciones trabajan juntos para erradicar estas malas prácticas.
Se considera que para las jurisdicciones con más de 100 encuestados hay datos suficientes para obtener resultados sólidos a nivel nacional. En este sentido, 15 países de cinco continentes alcanzaron dicho umbral, lo que se debió principalmente, dice el informe, a los esfuerzos de los colegios de abogados y estudios jurídicos por difundir la encuesta.
Australia 937 encuestados, Reino Unido 715 encuestados. Suecia 644 encuestados, Canadá 571 encuestados, Noruega 509 encuestados, Estados Unidos 359 encuestados, España 208 encuestados, Costa Rica 165 encuestados, Chile 161 encuestados, Luxemburgo 158 encuestados, Alemania 155 encuestados, Brasil 129 encuestados, Letonia 127 encuestados, Sudáfrica 126 encuestados, Rusia 120 encuestados.