El ascenso de la ministra de Valparaíso ha sido condicionado por hechos que van más allá de su figura: la sombra de la anterior nominada y el método que usó el Ejecutivo para elegirla y que no agradó a los congresistas.
Y es que la candidatura de la magistrada ha estado sujeta a una serie de cuestionamientos debido a factores que van más allá de su figura y mérito profesional, según se ha reconocido desde el mismo Parlamento.
Por una parte, su nombre surgió luego de la fallida candidatura de la ministra de Apelaciones de Santiago, Dobra Lusic, quien pidió al Ejecutivo retirar su postulación en vista de la polémica que generó las gestiones que habría realizado para el nombramiento de un notario interino, entre otros hechos.
Repetto ocupó así la delantera entre quienes figuran en la quina elaborada por la Suprema para ocupar la vacante que dejó Milton Juica a mediados del año pasado en base a su carrera profesional y a que era la única mujer que quedaba en la lista, cumpliendo así con las pretensiones que había manifestado el Gobierno sobre aportar a una mayor equidad de género en los tribunales de justicia.
Sin embargo, la elección no cayó del todo bien en el Congreso, ya que se llevó a cabo sin negociaciones políticas.
«El Gobierno optó por un procedimiento que no es respaldado por ningún senador de la oposición, un procedimiento inconsulto. Esta es una nominación donde intervienen tres poderes del Estado, y por lo tanto es de la esencia que exista mucho diálogo, y hasta ahora no ha existido», aseguró en su momento el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD).
Aquello, y la sombra de Lusic, han sido los factores que hoy tienen en duda la aprobación de Repetto. De hecho, los parlamentarios hicieron un llamado a llevar a cabo un diálogo fructífero que permitiera respaldar la candidatura el próximo miércoles. De lo contrario, instaron a extender la urgencia y definir una nueva fecha de votación.
Pero ¿qué pasaría si ningún diálogo llega a puerto y la candidatura de la ministra no pasa del Senado?
Las opciones
De repetirse la decisión que tomó Lusic, implicando así que Repetto pidiera al Ejecutivo bajar su nominación ante la discusión que se ha dado en torno a la elección, el escenario se repetiría.
La Suprema mantendría a los tres ministros que quedan en la quina -Sergio Mora, Miguel Vázquez y Roberto Contreras-, teniendo el Ejecutivo que elegir entre ellos a su nuevo candidato para llevarlo nuevamente ante Valparaíso.
En caso que Repetto y el Gobierno mantengan la nominación y sea el Congreso el que no le dé el espaldarazo, señalaron desde el Poder Judicial, el máximo tribunal tendrá que completar la quina. Es decir, añadir a dos nuevos magistrados: uno por Lusic y otro por Repetto.
Así, La Moneda tendrá que designar un favorito a partir de la nueva nómina y el Senado deberá votarlo.
Sea cual sea el camino que termine por armarse, la situación está siendo seguida con cierta preocupación por el máximo tribunal. Así lo dejó entrever el ministro vocero de la Suprema, Lamberto Cisternas, al ser consultado por el tema durante la semana pasada.
«Si (los candidatos) están sometidos a sobre exposición injustificada, más de alguien puede decir prefiero quedarme como ministro de la Corte de Apelaciones o como académico si es postulante externo, y no someterme a esto que no está, para usar un poco una expresión militar, ni en edad ni en grado de estarlo soportando más allá de términos prudentes», advirtió.
Y recalcó: «Quien postula a este cargo sabe que el aire sopla fuerte, pero hasta cierto límite. Más allá es una sobre exposición que perjudica en lo personal y eventualmente puede perjudicar el sistema».
Fuente: emol.cl