Estudio del Observatorio Judicial concluye que solo el 12% es de regiones:
En 17 años se han nombrado 27 ministros. El 88% es de la R. M., si se incluye la jurisdicción de San Miguel.
Dos son los ministros que faltan en la Corte Suprema para completar su integración completa: 21 magistrados. El miércoles 4 de julio, el Senado escogió a Ángela Vivanco, por la vacante de abogado externo al Poder Judicial que dejó en febrero Patricio Valdés.
Este no es el único cupo que está pendiente, tras la reciente partida de los ministros de carrera judicial, Carlos Cerda y Milton Juica. El máximo tribunal ya abrió un concurso público para confeccionar las quinas.
¿Es posible predecir de qué tribunal vendrán los futuros supremos?
Un reciente estudio realizado por el Observatorio Judicial -una organización sin fines de lucro- revela que en los últimos 17 años, el 70% de los integrantes del máximo tribunal provienen de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Durante los años 2000 a 2017, se nombró a un total de 27 ministros que llegaron a la Corte Suprema. De ellos, 19 eran del tribunal de alzada capitalino.
El 70% de los nombramientos se refiere a los 16 supremos que deben ser designados desde el escalafón. En este porcentaje no se incluye a los abogados «extraños» al Poder Judicial -según establece el Código Orgánico de Tribunales- el que se incorporó en 1997 con un cambio constitucional que incluye a cinco magistrados externos que no son de carrera.
En los últimos 17 años, el 18 % de los supremos designados pertenece al tribunal de alzada de San Miguel. Sumando ambas cifras, se puede concluir que el 88% de los magistrados fueron escogidos de la Región Metropolitana. Tan solo el 12% venía de regiones, desde las Cortes de Apelaciones de Rancagua, Concepción y Valdivia. Cada una de ellas representa el 4%.
Una de las conclusiones a las que llegó el Observatorio Judicial, es que una de las principales características del Poder Judicial «es su estructura piramidal, donde el ascenso depende directamente de cómo los tribunales superiores evalúan en su desempeño a los jueces de menor rango».
Barreras que deben superar
Las normas que regulan el nombramiento de ministros de la Corte Suprema, únicamente exigen que los postulantes de carrera sean miembros del Poder Judicial. Así, los jueces que componen los tribunales de primera instancia también pueden, al menos legalmente, competir para ocupar el cargo de ministro del máximo tribunal. Sin embargo, según las cifras de los últimos 17 años, las confecciones de quinas y las elecciones de miembros al alto tribunal revelan «la escasa posibilidad de que un juez de los estratos inferiores de la pirámide pueda alcanzar la cúspide», dice el estudio.
Según este análisis, los aspirantes a supremos deben superar dos barreras: ser miembro de alguna Corte de Apelaciones, y ser sorteado como ministro en Santiago.
«Un juez que desee llegar al máximo tribunal deberá recorrer un largo camino; camino trazado por los usos y costumbres de un Poder Judicial piramidal y jerarquizado», concluye este informe.
DOS VACANTES
La Corte Suprema deberá votar las quinas por las vacantes de Carlos Cerda y Milton Juica, una vez que se cierre el proceso de postulación de ministros de carrera.