La ley Macron levantó las barreras de entrada a las oficinas interdisciplinarias: estudios de abogados con contadores, con huissieres o con notarios, en cualquiera de sus combinaciones. Los huissiers de justice —a diferencia de los receptores judiciales chilenos—, si bien realizan notificaciones, embargos y labores administrativas de cobranza, en Francia tienen una formación universitaria de […]
La ley Macron levantó las barreras de entrada a las oficinas interdisciplinarias: estudios de abogados con contadores, con huissieres o con notarios, en cualquiera de sus combinaciones.
Los huissiers de justice —a diferencia de los receptores judiciales chilenos—, si bien realizan notificaciones, embargos y labores administrativas de cobranza, en Francia tienen una formación universitaria de cuatro años en Derecho, tras lo cual deben pasar 18 meses más en una formación teórica y práctica específica. Y al terminar, deben aprobar un examen nacional que se toma dos veces al año, y que según cifras del año 2012, aprobaba sólo un 30% de los postulantes.Este año se creó la primera sociedad interprofesional de abogados y huissiers de justice en Francia
De acuerdo a información publicada en el sitio Village de la Justice, las estructuras históricas han dado paso a otras que permiten la modernización de los servicios al cliente y poderlo apoyar con una serie de herramientas tanto a nivel local como internacional, tanto en el juicio de primera instancia como en la apelación.
La Ley Macron pretendió desregular restricciones que existían en el ejercicio de la profesión de abogado en Francia, explica Benoit Renard, abogado francés, del estudio DS Vermehren (www.dsavocats.com), que acaba de abrir oficinas en Chile.
“En primer lugar, el objetivo de la ley era que los ‘juristas’ de empresas pudieran acceder al título de abogado matriculándose en los Colegios de Abogados respectivos. Este objetivo no se cumplió, ya que hubo un lobby muy fuerte que protestó en contra de esta medida”, afirma Renard, quien recalca que DS Vermehren es el único estudio de abogados de origen francés presente en Chile.
No obstante lo anterior, añade Renard, esta ley logró levantar las barreras de entrada a la interdisciplinariedad de los estudios: estudios de abogados con contadores, con huissieres o con notarios, en cualquiera de sus combinaciones.
Por esa razón, aparecieron estudios como el que aparece en la publicación de Village de la Justice. “La idea de este emprendimiento es seguramente tener una alianza de confianza con un estudio de receptores judiciales con los cuales los abogados franceses trabajan en conjunto para mandar las notificaciones judiciales y/o de ejecución de sentencias (medidas de embargo de bienes entre otras)”, explica.
“Este tipo de organización nos permite perpetuar entre los socios una fuerte affectio societatis y asegurar a nuestros clientes que nuestros servicios serán integrales. La interprofesionalidad y, sobre todo, la posibilidad de realizar inversiones en las estructuras societarias de otras profesiones reguladas en el ámbito jurídico, ha sido posible gracias a la ley Macron”, dijeron los entrevistados de Lexavoué a Laurine Tavitian, quien pertenece al equipo de redacción del sitio de noticias legales.